Es tiempo en el que el vientre de la Tierra, que durante el
invierno ha custodiado pacientemente las semillas de la proxima primavera, recibe
las energias cosmicas, el sagrado empuje del Nacimiento. La semilla, para poder
nacer a la Luz, debe permitirse salir del lugar càlido, humedo, còmodo, de la
oscuridad nutriente para florecer a una realidad desconocida.
Que cosa empuja la semilla a florecer? A dejar lo conocido
por lo misterioso?
La misma energia que empuja la oruga a no resistirse a la transformaciòn
en mariposa. Tanto la semilla como la oruga no saben conscientemente en cosa estàn transmutando, no saben que seràn mas
bellos, perfectos, completos, divinos.
En la semilla y en la oruga existe el instinto, al que se
abandonan con perfecta confianza, saben que esa es la ùnica manera para
convertirse en aquello que realmente son, resistir a la Transmutaciòn, elegir
permanecer semilla u oruga simplemente no es natural.
Quello que sucede en la naturaleza, es una paràbola
maravillosamente preciosa para contarnos aquello que sucede en nuestro
interior.
La semilla, como nuestro potencial infinito de belleza,
gracia, perfecciòn, està alli en la oscuridad, còmoda, alimento de nuestro Ser,
pronta a recibir el empuje energètico para nacer al mundo.
Pero es necesario que sacrifiquemos la imagen de nosotros
mismos que hemos construido, cada cosa que consideramos nuestra realidad. Es necesario
dejar la crisàlida de aquello que siempre creimos ser y permitamos el
nacimiento de lo que realmente Somos.
La crisàlida para la oruga y la semilla para la flor, son
simplemente fases, una etapa, no aquello que Realmente Somos. Es sòlo parte del
potencial, no el potencial ùnico y ùltimo, a pesar que, tanto la oruga como la
semilla no saben en que se convertiràn, siguen su instinto natural y con total
confianza permiten al potencial de lo que realmente Son de desarrollarse.
El ser humano, a menudo, queda en su forma original de oruga
o semilla, piensa que simplemente todo termina allì, construye lìmites y
barrieras insuperables, transformando la crisàlida en una còmoda y segura
prisiòn.
Y si afuera existe la posibilidad de ser mariposa?
Es mejor no confiar…continuar a ser orugas, siempre mas
inteligentes, siempre mas tecnològicas, siempre mas exquisitas… pero que
permanecen orugas.
Nos han enseñado que nunca seremos perfectos, sanos,
inmortales y nosotros, orugas, nos resignamos a no poder tener alas. Nos organizamos
un mundo a medida de orugas y nos limitamos a admirar las mariposas como si
fueran de otra especie, algo que nosotros nunca seremos.
Imagen: Tony Alonso "Crisalide"
Es el momento, amados seres humanos de darnos cuenta que no
existe ninguno de nosotros que no puede ser mariposa, Todos Somos Mariposas que
fingimos ser orugas…algunos se convierten en lo que Son en realidad y otros los
admiran y contruyen crisàlidas cada vez mas resistentes para que la
transformaciòn no pueda llegar al final.
Còmo elegimos nacer en esta nueva primavera?
Nadie romperà nuestra crisàlida, nadie obligarà nuestra
semilla a convertirse en flor.
Que cosa nos empujarà a dejar nuestro rol de oruga?
La Absoluta Confianza que es nuestro Derecho SER MARIPOSAS.
Emanuela Pacifici-
Fuente: Nel Nome della Madre